Las reminiscencias de Ella, 87 años.

Los barcos dormidos en el puerto

y los amigos de pueblos antiguos,

las manzanas gordas y melosas,

el arroz blanco desabrido.

 

En mi orgullo conservo

la intuición de tu corazón,

la estirpe de tus ancestros,

la sabiduría de tu vejez

y el carácter de tus entrañas.

 

Las tragedias de los años pintaron de cal tu pelo,

la pobreza de tus manos mermó tu arrogancia,

los espantos del ayer nublaron tu mente,

la agonía de tu cuerpo apagó tus ánimos.

 

Un perdón emparentado con tristeza

y una incertidumbre atada a tus pupilas

derramaron la sangre que ya no fluye.

Las reminiscencias de tu partida.

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